Creo
que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa
de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si
es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos
secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes.
Incluso
las cocinas sucísimas me encantan.
Aunque
haya restos de verduras esparcidos por el suelo y esté tan sucio que la suela
de las zapatillas quede ennegrecida, si la cocina es muy grande, me gusta. Si
allí se yergue una nevera enorme, llena de comida como para pasar un invierno,
me gusta apoyarme en su puerta plateada. Cuando levanto los ojos de la cocina
de gas grasienta y del cuchillo oxidado, en la ventana brillan estrellas
solitarias.
Sólo
estamos la cocina y yo. Pero creo que es mejor que pensar que en este mundo
estoy yo sola.
Cuando
estoy agotada suelo quedarme absorta. Cuando llegue el momento, quiero morir en
la cocina. Sola en un lugar frío, o junto a alguien en un lugar cálido, me
gustaría ver claramente mi muerte sin sentir miedo. Creo que me gustaría que
fuese en la cocina.
Kitchen - Banana Yoshimoto (1988)
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